domingo, 17 de abril de 2016


 INTRODUCCIÓN


El suelo es la capa superficial que recubre la corteza terrestre, sobre el que se desarrolla la vida en la Tierra.  El suelo está formado por materiales erosionados anteriormente.

En el suelo, viven multitud de seres vivos, plantas, animales, hongos y bacterias.

Los componentes inorgánicos del suelo son los siguientes: sólidos (grava, arena, etc), agua con sales minerales disueltas y aire. Entre sus condiciones cabe destacar: la temperatura, la humedad y la falta de luz (salvo en la superficie).

La edafogénesis (proceso de formación y desarrollo de los suelos) necesita un largo período de tiempo para realizarse.
El suelo tiene un gran valor, porque sobre él se desarrollan todos los ecosistemas terrestres. Además, la recuperación de suelos es un proceso muy lento.

Las causas del deterioro del suelo son: contaminación (sustancias tóxicas que no permiten que se utilicen esos suelos para la agricultura), compactación (suelo sin poros) y salinización (se produce con la acumulación de sales minerales en el horizonte superficial).

La pérdida definitiva del suelo se produce generalmente por erosión. Este proceso es denominado desertización cuando es un fenómeno natural o desertificación cuando es artificial.

La desertización es un grave problema con el que nos enfrentamos, sobre todo en paises áridos como España. Más de dos terceras partes del territorio español pertenecen a las categorías de áreas áridas, semiáridas y subhúmedas secas. En estas regiones es donde el problema de la desertización es más grave. Que una zona pertenezca a esta categoria no quiere decir que no llueva, sino que se evapora mucha agua en relación con la que llueve, además cuando lo hace lo suele hacer de manera torrencial. En nuestro trabajo intentaremos demostrar que hay una relación muy importante entre las lluvias torrenciales  y la erosión del suelo. 


 




Según la FAO[1] cuatro de los factores que contribuyen de manera natural al proceso de erosión hídrica del suelo son:
  • El patrón de lluvias; mientras más lluvia caiga y mayor sea la "fuerza " de la lluvia (la intensidad, o sea, la cantidad de lluvia que cae por minuto) habrá más erosión.
  • La inclinación de la pendiente: mientras más inclinado sea el campo, mayor será el riesgo de erosión.
  • La longitud de la pendiente: la erosión aumenta con la longitud de la pendiente.
  • El tipo de suelos: los suelos arcillosos muestran en general más resistencia a la erosión que los arenosos. 
En nuestro proyecto, aparte de analizar la intensidad de la lluvia, como ya hemos indicado,  estudiaremos cómo afecta a los suelos la inclinación de la pendiente.


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